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Las perdidas economicas

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A una reducción de la cantidad o la calidad de los granos corresponde una pérdida comercial, apreciable en términos monetarios.

Las perdidas economicas

Pero más allá de estas pérdidas económicas directas, la evaluación de las pérdidas debe tener presentes también ciertos factores (sistemas de producción, tiempo y métodos de trabajo, infraestructuras, modelos de organización, mecanismos de crédito, etc.) que, dentro del sistema de operaciones poscosecha, pueden dificultar el crecimiento de la producción y de los ingresos. Este extremo puede ilustrarse con algunos ejemplos.

La adopción de sistemas mecanizados o semimecanizados puede dar lugar en ciertas operaciones (recolección, trilla, secado, etc.) a una reducción del tiempo de trabajo, y por ende permitir un aumento de la producción, ya que habrá más disponibilidad de mano de obra y las parcelas estarán mejor explotadas.

En el plano comercial, si la red de transportes es insuficiente, el productor puede verse en la imposibilidad de vender los productos en el tiempo deseado y en los lugares donde los precios del mercado son más atractivos. El hecho de tener que renunciar a una ganancia posible es sin duda alguna una pérdida en términos monetarios.

Para un agricultor, no tener la posibilidad de conservar los productos con toda seguridad en estructuras de almacenamiento puede significar la necesidad de vender su producción inmediatamente después de la recolección, lo que le pondría en la imposibilidad de beneficiarse de los precios del mercado cuando éstos son más atractivos. Una vez más, el "lucro cesante" es una pérdida económica para el agricultor.

Las consecuencias de todo esto sobrepasan con frecuencia las pérdidas económicas individuales: afectan a la producción y a la economía nacionales en conjunto.

 

 


La recoleccion

Definicion

La recolección es la operación que consiste en recoger la parte o las partes útiles de la planta.

La recolección es una intervención voluntaria del hombre, que se efectúa en el momento en que todos los elementos nutritivos se han desarrollado y cuando las partes comestibles han alcanzado el grado de madurez apropiado para los tratamientos ulteriores.

 

Madurez fisiológica

En general, se emprende la recolección unos 10 a 15 días después de que los granos hayan alcanzado la madurez fisiológica.

En este período (estado de madurez) los granos presentan un cierto contenido de humedad y unas características físicas particulares.

Así pues, para efectuar la recolección en el momento más propicio hay que tener en cuenta no sólo la duración de los ciclos vegetativos (que difieren según las variedades), sino también el estado de madurez de los granos.

En el siguiente cuadro se indican los contenidos de humedad que se consideran apropiados para que la recolección se realice en buenas condiciones, así como los elementos característicos que revelan que los granos han alcanzado la madurez fisiológica.

 

GRANOS HUMEDAD CARACTERISTICAS FISICAS
Arroz 22-28% Panículas curvadas, envolturas (cáscaras) amarillentas, granos completos, ni demasiado maduros (agrietados), ni verdes.
Maíz 22-28% Carozos casi secos, granos duros y vidriosos resistentes al aranazo con la una, punto negro en la cariópside.
Sorgo 20-25% Tallos y hojas agostados, granos duros resistentes al aranazo con la una y relativamente vidriosos según la variedad cultivada.
Frijoles 30-40% Vainas maduras y amarillentas pero no todavía abiertas.
Maní 30-35 % Hojas amarillentas, paredes de las vainas secas y películas de los granos que se desprenden fácilmente.
Girasol 9-10% Hojas superiores secas y flor marchita.

 

No obstante, la recolección puede hacerse en un momento en que los granos, a causa de las condiciones climáticas y aun habiendo alcanzado la madurez fisiológica, tengan un contenido de humedad superior o inferior a los valores aquí indicados, según las condiciones climáticas.

Evidentemente, cuanto más elevado es el contenido de humedad de los granos en el momento de la recolección, mayores son los riesgos de pérdidas debidas al enmohecimiento, a los insectos y a la germinación. Del mismo modo, cuanto más tiempo permanezcan los granos en el campo (para favorecer el secado del producto), mayores serán los riesgos de pérdidas por caída espontánea de los granos, o por ataques de aves, roedores y otros animales dañinos.

 

Operaciones de la recolección

Pueden realizarse las operaciones de la recolección a mano, con ayuda de instrumentos agrícolas sencillos, o mediante sistemas mecanizados.

El grado de mecanización que se adopte dependerá de las previsiones de empleo de las máquinas.

La elección del sistema mecanizado debe estar justificada por la estimación de las superficies que han de recolectarse anualmente y por el análisis costos-beneficios.

La recolección del arroz

La cosecha de este cereal no se recoge sino cuando ha terminado la maduración de los granos, y después de haberse procedido. dos o tres semanas antes, a la desecación del arrozal.

En efecto, una siega prematura del arroz dificulta la maduración del grano y puede ocasionar graves pérdidas cualitativas del producto.

Es además importante que la recolección se haga cuando la tasa de humedad de los granos es adecuada. Un exceso de humedad de los granos puede causar graves problemas durante los tratamientos siguientes, favoreciendo la alteración de las cualidades finales del arroz.

Por el contrario, una tasa de humedad demasiado baja puede provocar el desgrane de las panículas en el momento de la siega, con las consiguientes pérdidas importantes del producto.

Recolección a mano

La recolección a mano se realiza con ayuda de una hoz o una guadaña; se cortan las espigas de arroz a unos 20 ó 30 cm del suelo.

Una vez cortadas las espigas, se las deja secar sobre el rastrojo durante dos o tres días.

A título indicativo, se cuentan unas 80 a 160 horas de un trabajador por hectárea (de 10 a 20 dias/hombre por hectárea) como duración media de la recolección manual del arroz.

En ciertas regiones tropicales la práctica, todavía hoy, consiste en recoger tan sólo las panículas con ayuda de un cuchillo; en este caso, las espigas de arroz se cortan de 30 a 50 cm bajo las panículas.

Este método, comparado con la recolección a mano con hoz o guadaña, requiere alrededor del 175% suplementario de mano de obra.

Recolección mecánica

La recolección manual del arroz, todavía relativamente corriente sobre todo en las zonas tropicales, está siendo progresivamente sustituida por la recolección mecánica, realizada mediante cosechadoras.

Las cosechadoras son unas máquinas que realizan a la vez la siega, la trilla y la limpieza previa del arroz.

Provistas generalmente de motor, las cosechadoras disponen de órganos de siega, de cámara de trilla fija dentro de la cual gira un tambor-trillador de dientes y de dispositivos para la limpieza del arroz.

La construcción de estas máquinas responde principalmente a dos concepciones: japonesa y occidental.

Según sus características de construcción (anchura del frente de siega), la capacidad de trabajo de estas máquinas puede variar entre 2 y 15 horas por hectárea (h/ha).

Ciertas estimaciones indican para estas máquinas unos rendimientos que van de 350 a 800 kg por hora (kg/h) de arroz cáscara, con pérdidas de grano inferiores al 3%.

Las cosechadoras de concepción occidental son máquinas de grandes dimensiones con barras de siega de hasta 4 a 5 metros de longitud.

Según sus características de construcción y las condiciones de recolección (arrozales bien desecados, parcelas suficientemente largas, etc.), la capacidad de trabajo de estas máquinas puede alcanzar entre 1 y 1,5 h/ha, para un empleo global de mano de obra de alrededor de 2,7 a 4,5 horas por hectárea (h/ha).

El empleo de cosechadoras presenta una ventaja económica a partir de una cosecha mínima de 70 hectáreas anuales.

Además de las cosechadoras, se utilizan también para la recolección del arroz las segadoras-hileradoras y las segadoras-atadoras.

Las segadoras-hileradoras son máquinas que realizan únicamente la siega y la descarga lateral del arroz.

Estas máquinas, cuya capacidad teórica de trabajo varia de 4 a 8 h/ha, presentan el inconveniente de exigir una abundante mano de obra (100 a 200 h/ha) para las operaciones de formación de gavillas y atadura manual del arroz.

Las segadoras-atadoras son máquinas que a la vez efectúan la siega, forman los haces o gavillas y los descargan.

Equipadas con una barra de siega y con un dispositivo para agavillar y atar, estas máquinas prestan buenos servicios incluso en casos de cosecha encamado (20°-30° respecto al suelo).

Según sus características de construcción (número de hileras, anchura de siega), la capacidad de trabajo de estas máquinas puede variar de 5 a 20 h/ha, siendo las pérdidas de grano inferiores al 2%.

De todas maneras, la recolección mecánica del arroz presenta algunos problemas.

Por ejemplo, las máquinas deben operar a menudo en terrenos enlodados de escaso aguante. Por esta razón las cosechadoras suelen montarse sobre orugas y no sobre ruedas, para que las operaciones de recolección puedan hacerse incluso en terrenos particularmente húmedos.

En el momento de la recolección, las panículas de arroz no se presentan erguidas, sino curvadas hacia abajo. Para evitar pérdidas excesivas, hay que disponer por lo tanto las máquinas de manera que la siega de las espigas se realice a unos 30 cm del suelo, lo que obliga evidentemente a operar con grandes cantidades de paja.

La cáscara del arroz contiene sílice, lo que confiere al producto un alto poder abrasivo y provoca un desgaste rápido de las partes mecánicas de las máquinas.

La recolección del maíz

Se puede recolectar el maíz cuando ha terminado el proceso de acumulación de sustancias nutritivas en los granos (madurez fisiológica).

En general, la cosecha de este cereal se recoge a mano (recolección en espigas) o mediante sistemas mecanizados (recolección en espigas o en grano).

Recolección a mano

Cuando el maíz alcanza su madurez fisiológica, el contenido de humedad de los granos puede llegar hasta el 37 o el 38%.

Por ello, antes de proceder a la recolección a mano de las espigas, se practica a menudo el presecado del maíz en la propia planta.

Las técnicas generalmente empleadas para esta operación son las siguientes:

Las técnicas de presecado en el campo son bastante corrientes, pero implican riesgos importantes de pérdida de producto, sobre todo si las variedades cultivadas son particularmente sensibles a la acción de factores climáticos desfavorables (lluvia, humedad del aire, etc.) y de animales dañinos (insectos, aves, roedores, etc.).

Además, la duración de las operaciones de presecado en el campo reduce las posibilidades de explotación de las parcelas.

Para recolectar el maíz a mano, se separan las espigas del resto de la planta, sin utilizar instrumentos agrícolas particulares.

A titulo indicativo, la duración media de la recolección a mano del maíz varia entre 120 y 200 horas/hombre por hectárea (de 15 a 25 dias/hombre por hectárea).

Al mismo tiempo que se recogen las espigas (mazorcas) es posible pelarlas, es decir retirar (a mano o a máquina) las espatas que las recubren.

Esta operación, efectuada a mano, requiere unas 130 horas/hombre por hectárea (unos 16 dias/hombre por hectárea).

Se considera que la recolección del maíz a mano puede practicarse en cultivos no superiores a 12 hectáreas, siempre que lo permitan el clima y la disponibilidad de mano de obra.

Recolección mecánica

La recolección mecánica del maíz se hace con ayuda de recolectores-peladores, de recolectoresdesgranadores o de cosechadoras.

También se utilizan todavía, aunque cada vez menos, recolectores sencillos (corn-snappers) que se limitan a recoger las mazorcas.

Los recolectores-peladores (corn-pickers) son máquinas que efectúan simultáneamente las operaciones de recolección y peladura de las mazorcas.

Estas máquinas están equipadas con dispositivos de recolección, tablas de peladura y órganos de carga.

Acoplados generalmente a un remolque para el transporte de las mazorcas recogidas, los recolectorespeladores de una o dos hileras pueden ser enganchados a un tractor, transportados, o ser de tipo automotor.

La capacidad de trabajo de estas máquinas puede variar de 1,6 a 3,45 h/ha, con 75 a 80 espigas completamente peladas y unas pérdidas totales de granos inferiores al 4,5%.

Se requieren generalmente dos personas para hacer funcionar estas máquinas (conductor y operario).

El empleo de recolectores-peladores de una hilera es económicamente ventajoso a partir de una cosecha mínima de 25 a 30 hectáreas anuales; para las máquinas de dos hileras, la cosecha mínima debe ser de 30 a 60 hectáreas.

Los recolectores-desgranadores (corn-shellers) son máquinas de construcción análoga a la de los recolectores-peladores, pero poseen además un dispositivo de desgrane y limpieza de los granos.

Estas máquinas pueden efectuar simultáneamente, por consiguiente, las operaciones de recolección, peladura, desgrane de las espigas y prelimpieza de los granos.

Acoplados a veces a un remolque para el transporte de los granos cosechados, los recolectoresdesgranadores de una o dos hileras pueden ser enganchados a un tractor o transportados.

Sin embargo, el tipo automotor de dos, tres y cuatro hileras es el más generalizado, pues su rendimiento es superior al de los modelos enganchados.

La capacidad de trabajo de estas máquinas es comparable a la de los recolectores-peladores, con pérdidas de grano inferiores al 3 o el 4%.

Existe otra máquina capaz de realizar simultáneamente las operaciones de recolección, peladura, desgrane y limpieza del maíz: es la cosechadora.

Las cosechadoras de maíz son máquinas derivadas de las cosechadoras de trigo, en las que se han introducido modificaciones adecuadas en los mecanismos de siega y en el dispositivo de trilla.

Su capacidad de trabajo, aunque depende de las condiciones de la cosecha y de la forma y las dimensiones de las parcelas, puede variar entre 0,8 y 1,2 h/ha en el caso de máquinas de seis hileras que tratan el conjunto de la planta, y entre 0,4 y 0,6 h/ha en el caso de máquinas de seis hileras que se ocupan tan sólo de las espigas.

Las pérdidas globales de grano, casi siempre imputables al dispositivo de siega, rara vez pasan del 3%

Se precisan generalmente dos personas para hacer funcionar estas máquinas.

La utilización de cosechadoras, así como de recolectores-desgranadores, es económicamente ventajosa a partir de una cosecha mínima de 40 a 75 hectáreas anuales.

La recolección del sorgo

La recolección del sorgo se realiza a mano o mediante sistemas mecanizados, cuando los granos están bien maduros.

Recolección a mano

La recolección a mano se realiza cortando las panículas de granos o las plantas de sorgo con machetes u hoces.

Una vez cortadas las espigas de sorgo, se dejan en la era o en gavillas sobre el terreno para el presecado.

A titulo indicativo, la duración media de la recolección manual del sorgo varía entre 120 y 160 horas/hombre por hectárea (15 a 20 dias/hombre por hectárea).

Recolección mecánica

Una vez alcanzada la madurez fisiológica, el sorgo puede presentar un contenido de humedad de alrededor del 35%. Sin embargo, la recolección mecánica no puede realizarse eficazmente mientras el grado de humedad no sea inferior al 20 o el 25 %.

La recolección mecánica requiere la utilización de cosechadoras equipadas con órganos de siega y dispositivos de trilla.

Estas máquinas, cuya capacidad de trabajo varía entre 0,8 y 1,5 h/ha, parecen mejor adaptadas para la recolección de variedades enanas y, de preferencia, con poco desarrollo de paja.

La recolección de frijoles

Para obtener un producto seco, se hace la recolección, a mano o a máquina, cuando las vainas están bien maduras pero no se han abierto todavía.

Recolección a mano

Para recolectar los frijoles a mano, se arrancan las plantas y se las deja al sol para el presecado.

A menudo esta operación se hace a una hora muy temprana, cuando la humedad de la noche limita los riesgos de que los granos salgan de las vainas.

En algunos países, antes de la recolección se tratan las plantas con defoliantes químicos. Este tratamiento tiene por objeto acelerar el secado de las plantas y reducir la cantidad de materia vegetal, para que no entorpezca las operaciones de trilla.

A titulo indicativo, la duración media de la siega de las plantas con hoz varia de 80 a 100 horas/hombre por hectárea (de 10 a 12,5 dias/hombre por hectárea).

Recolección mecánica

La recolección mecánica de los frijoles, más practicada en los países de tecnología avanzada, se realiza generalmente con ayuda de cosechadoras de trigo en las que se han introducido modificaciones adecuadas.

Estas máquinas, cuya capacidad de trabajo varía de 0,9 a 1,1 h/ha presentan no obstante el inconveniente de no operar eficazmente sino en campos muy extensos, nivelados y desherbados, plantados con variedades enanas, erguidas y que lleguen a la madurez simultáneamente .

La recolección del maní

La recolección del maní, efectuada a mano o a máquina, comprende esencialmente las operaciones siguientes:

Es muy difícil, no obstante, distinguir el momento más propicio para la recolección del maní. En efecto, ninguna manifestación o característica física particular permite establecer con total certeza el momento en que la planta ha alcanzado su madurez fisiológica.

Para las variedades del grupo "Virginia", el momento más favorable para realizar la recolección viene indicado por la desecación de los tallos, la caída de las hojas amarillentas y la coloración castaño oscuro de la parte interna de la cáscara.

Por el contrario, en las variedades "no durmientes" el maní está listo para la recolección cuando el 2% de los pies presentan una germinación.

Una recolección demasiado tardía se salda inevitablemente con pérdidas de producto, ya que cuando se extraen las plantas quedan numerosas vainas en el terreno, que se ha endurecido ya demasiado.

Por el contrario, si la recolección es demasiado precoz, las operaciones de secado son más difíciles y más urgentes, y se compromete la calidad del producto final.

Como es indispensable rebajar rápidamente el contenido de humedad hasta valores próximos al 15%, hay que evitar además, después de la extracción de las plantas, su amontonamiento cuando están todavía verdes o mojadas por la lluvia.

Recolección a mano

Las operaciones de recolección manual se realizan por medio de un instrumento que permite cortar la raíz principal y levantar la planta.

Una vez extraída la planta, se sacude ésta para que se desprendan los restos de tierra todavía adheridos a las vainas, y se la deja después secar sobre el terreno.

Al cabo de dos días como máximo, las plantas de maní se amontonan en pilas o se colocan sobre caballetes para facilitar el presecado, o incluso el secado completo, del producto.

A titulo indicativo, las operaciones manuales de extracción y apilamiento de las plantas requieren unas 80 a 150 horas de trabajo por hectárea.

Recolección con animales de tiro

Cuando se utilizan animales de tiro para la recolección, el levantamiento de las plantas de maní se realiza con ayuda de instrumentos de cultivo adecuados tirados por animales.

Son necesarias dos personas para realizar este tipo de recolección: una para la yunta y otra para la extracción de las plantas.

Utilizando levantadoras en lugar de realizar la recolección a mano se reduce generalmente la duración del trabajo en unas veinte horas.

Recolección mecánica

Existen numerosos sistemas mecánicos para la recolección del maní.

La elección del sistema conveniente depende de varios factores: características del terreno, variedades cultivadas, condiciones climáticas locales, proximidad de instalaciones de secado y de estructuras de almacenamiento, etc.

Según el tipo de máquina escogida, es posible realizar la recolección del maní ejecutando una operación cada vez o simultáneamente varias de las operaciones antes descritas.

Existen en efecto levantadoras, levantadoras-sacudidoras y recogedoras-trilladoras.

La recolección con levantadoras para tractores se realiza con ayuda de un sistema de láminas montadas en un armazón, que cortan las raíces y levantan las plantas.

En cuanto a las levantadoras-sacudidoras, además de levantar las plantas las extraen y les quitan la tierra.

Cuando están equipadas con un dispositivo para poner las plantas en hilera, estas máquinas se llaman levantadoras-sacudidoras-hileradoras.

A tituló indicativo, la extracción y la colocación en hileras de las plantas por medios mecánicos requieren unas 4 a 6 horas de trabajo por hectárea.

Las recogedoras-trilladoras completan en general el trabajo de las máquinas anteriores, recuperando las hileras para trillarlas.

La recolección del girasol

Se realiza la recolección del girasol a mano o mediante sistemas mecánicos, cuando las hojas superiores empiezan a secarse y las flores se marchitan.

En ciertos casos, en particular cuando las parcelas cultivadas no son extensas, es preferible recoger el producto antes de que termine la maduración. Se limita así el riesgo de pérdidas debidas a la acción de los pájaros u otros animales.

Recolección a mano

La recolección manual se hace cortando las cabezuelas con un cuchillo o con tijeras.

Si en el momento de la recolección el grado de humedad de los granos es superior al 15%, conviene proceder al presecado de las cabezuelas antes de la trilla.

Recolección mecánica

La recolección mecánica del girasol suele hacerse mediante cosechadoras de trigo, en las que se han introducido las modificaciones oportunas y van equipadas con una cabeza recogedora para girasol.

La capacidad de trabajo de estas máquinas es aproximadamente de 0,9 h/ha.

 

 


Presecado

Definicion

En el momento de la recolección, las partes cortadas de la planta pueden contener una cantidad excesiva de materia vegetal todavía verde, mientras que los granos pueden presentar un grado de madurez no uniforme y un contenido de humedad aún demasiado elevado.

Por "presecado" se entiende la fase del sistema de operaciones poscosecha en el curso de la cual el producto cosechado se seca para poder ser sometido, en las mejores condiciones posibles, a las operaciones siguientes de trilla o desgrane.

 

Operaciones de presecado

Al abordar los problemas relacionados con la recolección hemos citado ya algunas operaciones que tienden a favorecer el presecado de los productos.

Conviene, no obstante, describir sucintamente las principales características de los métodos de presecado utilizados con más frecuencia; volveremos sobre estos métodos, por lo demás, en el capitulo dedicado al secado.

En efecto, cuando el alejamiento de las instalaciones de secado artificial lo justifica, y si las condiciones climáticas lo permiten, se pueden prolongar las operaciones de presecado hasta hacer de ellas verdaderas operaciones de secado, es decir hasta obtener una reducción del grado de humedad que permita una buena conservación del producto.

Para el maíz, la utilización de trojes o "cribs" permite no sólo un presecado e incluso el secado completo del grano sino también el almacenamiento en mazorcas.

Es bastante difícil establecer con precisión la duración del presecado, pues sobre ella influyen varios factores.

Las condiciones climáticas y el grado de humedad en el momento de la recolección, el sistema y las máquinas de trilla o de desgrane adoptados, la proximidad de instalaciones de secado artificial, las formas de almacenamiento, son algunos de los elementos que hay que tener en cuenta para establecer la duración y los modos de ejecución de las operaciones de presecado.

Presecado en la planta

Uno de los métodos más sencillos y practicados, sobre todo cuando las condiciones climáticas son favorables, consiste en retrasar el momento de la recolección.

Una vez terminada la maduración. se deja que el presecado de los productos tenga lugar en la propia planta. en el campo. antes de la recolección.

Este método requiere a veces, como para el maíz. varias semanas de permanencia en el campo después de la maduración fisiológica.

Aplicado al sorgo, al girasol, pero sobre todo al maíz, este método presenta no obstante grandes riesgos e inconvenientes graves:

Presecado en pila

Este método de presecado o de secado consiste en apilar en el campo, o en una superficie de secado especial, el producto apenas cosechado.

Una exposición prolongada al aire (al sol o a la sombra) provoca la reducción del contenido de humedad de los granos.

La forma y las dimensiones de las pilas pueden variar según el producto de que se trate.

Por ejemplo, las panículas de arroz, una vez recolectadas, se disponen en haces.

Los haces de arroz así confeccionados se ponen a secar a la sombra en locales amplios.

Si las condiciones climáticas lo permiten y si no se dispone de suficientes espacios cubiertos, también es posible hacer el presecado de los haces en el campo.

Para ello, se confeccionan caballetes de madera en los que se apoyan los haces de arroz, teniendo cuidado de proteger las panículas de la acción directa del sol, utilizando paja u otra materia vegetal.

Otro sistema utilizado para el presecado del arroz, pero también del maní, consiste en confeccionar "almiares" ventilados.

Las vainas de maní deben disponerse en el interior de la pila, de manera que queden protegidas contra la exposición directa al sol y contra una desecación demasiado brusca a una temperatura elevada.

El presecado del maní y del girasol puede realizarse también disponiendo las plantas, o las cabezuelas en el caso del girasol, sobre caballetes o armazones de madera.

En cuanto a los frijoles, las plantas desarraigadas se exponen al sol y al aire disponiendo pequeños montones en el campo.

Respecto al sorgo, se disponen las espigas en gavillas o pilas, y se las deja al sol en áreas de secado o en cañizos apropiados.

Durante el presecado, hay que evitar que se rehumedezcan las vainas y los granos, protegiendo los montones contra las lluvias repentinas o la humedad nocturna o la del terreno.

Al mismo tiempo, para limitar los riesgos de infestación (mohos, etc.), hay que evitar el contacto directo de las vainas y los granos con e] suelo.

Presecado en trojes

Para el maíz, pero también para el girasol, se pueden paliar los inconvenientes del presecado en la planta realizando la recolección cuando las espigas lleguen a la madurez y colocando éstas (o las cabezuelas de girasol) para su presecado en celdas de ventilación natural llamadas trojes.

Los trojes, que permiten la circulación natural del aire entre las espigas, facilitan una reducción lenta y progresiva del contenido de humedad de los granos.

De todos modos no hay que olvidar que un mantenimiento prolongado de las espigas en los hórreos puede acarrear pérdidas importantes por infestación de insectos.

Los trojes, utilizados también para el secado, e incluso para el almacenamiento de los productos, pueden emplearse más eficazmente en clima seco, pero también son útiles en clima húmedo.

Su costo es relativamente modesto, ya que a menudo se construyen con técnicas tradicionales y con materiales locales.

 

 


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