Back to Home Page of CD3WD Project or Back to list of CD3WD Publications

Prefacio

Indice - Siguiente

"Todos los días hay millones de seres humanos que no pueden saciar su hambre y, entre ellos, muchos simplemente no han comido durante el día".

Para muchos paises en desarrollo, los cereales y las leguminosas de grano constituyen el elemento esencial del régimen alimentario de las poblaciones, sobre todo de las de ingresos más bajos, generalmente rurales.

En tales paises, la autosuficiencia alimentaria es todavía muchas veces un objetivo por alcanzar, y ello no se debe siempre ni tan sólo a la ineficacia de los sistemas de producción local.

La amplitud de las pérdidas después de la cosecha limita a veces gravemente el alcance de los esfuerzos realizados para aumentar la producción de alimentos; al reducirse la disponibilidad local de alimentos, las políticas nacionales tienen que recurrir a importaciones masivas de artículos, aumentando as! su dependencia alimentaria.

Los gobiernos de los paises en desarrollo, as! como buen número de ONG, de organismos de cooperación internacional, bilateral y multilateral, y más particularmente la FAO, están empeñados desde hace varios años en la realización de proyectos encaminados a prevenir las pérdidas alimentarias.

Las experiencias adquiridas en el marco de estas intervenciones han puesto a menudo de manifiesto la necesidad no sólo de mejorar los procedimientos de producción, sino también de sensibilizar a los productores y a las instituciones interesadas respecto al problema de las pérdidas después de la recolección.

Esta obra se dirige ante todo al personal técnico o administrativo de los servicios nacionales o de organismos de ayuda al desarrollo que trabajan en el marco de proyectos de campo relacionados con la prevención de las pérdidas de granos. Pretende constituir un manual de información básica sobre las operaciones poscosecha de los principales productos alimentarios de los países en desarrollo: arroz, maíz, sorgo, frijoles, maní y girasol.

Será útil, por consiguiente, para los agentes de campo (extensionistas, promotores rurales, agentes de desarrollo) que participan en la ejecución de proyectos con el objeto de mejorar las operaciones poscosecha.

La obra se dirige asimismo a quienes trabajan en la producción propiamente dicha de tales granos alimentarios y que, a causa de una lamentable compartimentación de las disciplinas, no tienen sino un conocimiento parcial y generalmente insuficiente de los problemas relacionados con las operaciones poscosecha.

Unos esfuerzos mal organizados durante los últimos decenios, tendientes sobre todo a mejorar los rendimientos más que a valorizar los productos después de ser cosechados, han conducido a situaciones paradójicas. En efecto, aunque se hayan reunido las condiciones técnicas para el crecimiento de la producción, tal crecimiento no puede realizarse a causa de un bloqueo en la fase ulterior a la recolección.

Por ejemplo, desde los años setenta, en el valle del río Senegal y en varias zonas de regadío organizadas en Africa occidental, no ha podido alcanzarse todavía el objetivo de la doble cosecha anual. Una de las principales causas de este retraso consiste en que la operación de trilla del arroz se realiza manualmente.

Al no ser abundante la mano de obra disponible, esta operación se retrasa varias semanas, lo que impide la dedicación inmediata de la parcela a un segundo cultivo. Un atascadero en esa fase tiene pues repercusiones directas sobre la producción misma.

La introducción de pequeñas trilladoras mecánicas de motor, en este contexto, puede servir no sólo para reducir el costo de la operación de trilla, sino también para estimular la producción misma facilitando la doble cosecha anual.

Este ejemplo ilustra la idea de que el mejoramiento de la producción debe avanzar paralelamente al mejoramiento de las operaciones poscosecha y de la prevención de las pérdidas poscosecha.

En esta perspectiva, esta obra podrá interesar a todos cuantos, de una u otra manera, trabajan en el campo para mejorar la producción de alimentos en los países en desarrollo.

Lo que se pretende es contribuir a unificar los criterios y a favorecer una difusión homogénea de los conocimientos relacionados con las tecnologías para después de la cosecha.

Desde la determinación de la madurez fisiológica hasta la comercialización de los productos, se considera el conjunto de la cadena física que va desde la recolección hasta el consumidor, y que constituye el "sistema de operaciones poscosecha".

Desde el punto de vista tecnológico, se trata en especial de las operaciones de recolección, secado, trilla/desgrane, almacenamiento y transporte de los principales cereales (maíz, sorgo, arroz), leguminosas de grano (frijoles o habichuelas) y oleaginosas (maní, girasol).

Se presentan de manera sistemática experiencias o soluciones basadas en la adopción de métodos tradicionales, de tecnologías apropiadas y de sistemas mecanizados.

Teniendo en cuenta la amplitud de los temas tratados y el público al que se dirige esta publicación, nos hemos esforzado en presentar los temas de manera sencilla y concreta, sin insistir mucho en los aspectos teóricos, sobre los cuales existe una bibliografía muy rica y ampliamente difundida.

 


Introduccion

Para los que trabajan la tierra, es una gran satisfacción poder admirar un campo de maíz, de sorgo o de frijoles a punto para la recolección.

Pero qué decepción cuando se comprueba que, después de recogida la cosecha, una parte a veces importante del grano producido se ha perdido, o se ha deteriorado hasta el extremo de no ser apta para el consumo ni para la venta!

Qué ha ocurrido, y cuándo ha ocurrido? Y sobre todo, ¿qué puede hacerse, después de tantos esfuerzos y de tantas horas dedicadas a las labores del campo, para evitar tales pérdidas después de la cosecha?

Antes de tratar de responder a estas preguntas, conviene recordar brevemente la serie de operaciones a que se someten los productos una vez hecha la recolección.

 

 


Sistema de operaciones poscosecha y tipos de granos

Definicion

En la cadena agroalimentaria, la recolección o recogida de la cosecha constituye la etapa de transición entre la fase de producción agrícola propiamente dicha y la de acondicionamiento o, más generalmente, de tratamiento del producto.

Tratamiento del producto

La recolección, efectuada manualmente o con ayuda de máquinas, no debe realizarse, en general, sino cuando el producto ha alcanzado su grado óptimo de madurez.

Después de la recolección puede ser necesario proceder a un presecado del producto, antes de someterlo a las operaciones siguientes de trilla o desgrane.

Los granos obtenidos han de someterse a las operaciones de limpieza y secado para poder ser almacenados o poder ser objeto de transformaciones ulteriores.

El almacenamiento puede hacerse a granel o en sacos, en los propios lugares de producción (almacenamiento en la granja), en centros de acopio, o bien por cuenta de organismos de almacenamiento.

Finalmente, el grano se dirige a depósitos en los lugares de comercialización para la venta a los consumidores, a los artesanos de la alimentación o a las industrias agroalimentarias.

La concatenación funcional de estas operaciones y sus interacciones recíprocas contribuyen a formar un sistema complejo que llamaremos sistema poscosecha.

 

TECNOLOGIAS Y FASES DEL SISTEMA POSCOSECHA PARA LOS GRANOS
OPERACIONES POSCOSECHA TECNOLOGIAS TRADICIONALES TECNOLOGIAS INTERMEDIAS TECNOLOGIAS INDUSTRIALES
Recolección Manual Manual y mecánica Mecánica
Presecado En la planta o en montón En trojes o en montón  
Almacenamiento en espigas En graneros tradicionales En trojes  
Trilla Manual Mecánica Mecánica
Prelimpieza Manual Mecánica Mecánica
Secado Natural Artificial Artificial
Limpieza y selección Aventamiento manual Mecánicos Mecánicos
Almacenamiento en grano En graneros tradicionales En sacos o a granel En sacos o a granel
Transformación Manual Mecánica Mecánica

 

Los cereales

El arroz

Cuando han alcanzado la madurez fisiológica, las espigas de arroz se cortan y se dejan en haces sobre el terreno para un presecado.

A continuación se realiza la trilla por procedimiento manual o mecánico para separar de la paja el patay o arroz cáscara, es decir el grano todavía unido a su envoltura protectora (cáscara).

Cuando la recolección del arroz se hace mediante máquinas cosechadoras, las operaciones de siega y trilla se realizan simultáneamente.

Después de la trilla, el arroz cáscara obtenido contiene a menudo impurezas (tierra, piedras, residuos vegetales, etc.) y el grado de humedad es superior al 20% de agua.

Para poder conservarlo o separar la cáscara es necesario proceder al presecado y reducir después la tasa de humedad aproximadamente al 14% mediante el secado.

Esta operación puede realizarse de manera natural, exponiendo los granos al aire y al sol y removiéndolos frecuentemente; o bien de manera artificial, sometiendo el arroz cáscara al paso de una corriente de aire seco y moderadamente caliente, en el interior de secadoras mecánicas.

Una vez seco el arroz cáscara, se procede a su limpieza antes de ser guardado (en sacos o a granel) en almacenes o en silos.

El arroz cáscara seco y limpio está listo para ser elaborado, es decir sometido a los tratamientos siguientes:

El arroz, gramínea originaria de las regiones tropicales de Asia (China e Indochina), es el alimento básico de una gran parte de la humanidad.

El arroz blanco, una vez limpio de impurezas, puede ser sometido a otros tratamientos de pulimento o glaseado (con una mezcla de talco y glucosa). Estos tratamientos tienen por objeto elevar el valor comercial del producto y prolongar su tiempo de conservación.

El arroz así obtenido está listo para ser empaquetado y comercializado.

100 kg de arroz cáscara tratados en molinos arroceros industriales dan aproximadamente 60 kg de arroz blanco, 10 kg de arroz quebrado, 10 kg de salvado y harina y 20 kg de cascarilla menuda.

Por su gran valor nutritivo, el arroz se destina principalmente a la alimentación humana.

En la industria, se utiliza para producir alcohol, cerveza, almidón, aceite y otros productos derivados.

Los subproductos como el arroz quebrado y las harinas se destinan a menudo a la alimentación animal.

La cascarilla menuda del arroz se utiliza a veces como combustible, y sus cenizas como abono.

El maíz

El maíz, cereal originario de las zonas tropicales de América, es una gramínea cuyo cultivo es de los más extendidos del mundo.

La recolección del maíz puede hacerse en espigas o en grano.

La recolección de espigas puede hacerse a mano o con ayuda de máquinas agrícolas apropiadas (corn-picker o recolectorpelador de mazorcas).

Las espigas recolectadas son despojadas de sus envolturas foliares (espatas) para ser desgranadas después manual o mecánicamente.

En los cultivos familiares y cuando la cosecha se recoge en la estación seca, las espigas (con o sin espatas) pueden dejarse secar al sol, para guardarlas después bajo techo.

En los cultivos industriales, en cambio, la recolección se hace únicamente mediante sistemas mecanizados (recolector-desgranador o cosechadora-trilladora) capaces de proporcionar granos preparados para el secado o para la venta.

En el momento de la recolección, sobre todo en periodo de lluvias, los granos de maíz contienen demasiada agua para que puedan conservarse bien; por ello, antes del almacenamiento, hay que secar el producto, para reducir la tasa de humedad hasta el 14% aproximadamente.

El secado artificial del grano, obtenido mediante circulación de aire seco y caliente, se realiza en instalaciones situadas en los centros de recolección o de almacenamiento, o bien en unidades de transformación (molinos, fábricas de alimentos para el ganado, etc.) equipadas con secaderos apropiados.

Una vez seco y limpio, el maíz se conserva (en sacos o a granel) en almacenes o en silos.

El maíz seco y limpio se destina a la venta o a transformaciones ulteriores.

En la alimentación humana, el maíz puede consumirse en espigas frescas o en forma de tortas a partir de pastas obtenidas por cocción del grano, pero también pueden consumirse las harinas o las sémolas obtenidas después del descascarado y la molturación(2).

La industria de transformación utiliza además el maíz para la producción de aceites y margarinas, alimentos para el ganado, cervezas, alimentos para niños, jabones, pegamentos y barnices.

El sorgo

El sorgo, llamado también zahína y mijo grueso, es una gramínea originaria de Africa central y oriental (Etiopía, Sudán).

Cuando las panículas de sorgo han alcanzado la madurez fisiológica, se cortan y se dejan secar al sol.

Las espigas de granos así obtenidas pueden conservarse en graneros tradicionales, o bien someterse directamente a la trilla, manual o mecánica.

Como en el caso del arroz, pero mucho más raramente en las zonas tropicales, las operaciones de siega y trilla pueden realizarse simultáneamente mediante cosechadoras.

En los climas calurosos y con escasas precipitaciones, se puede diferir la recolección del sorgo hasta que los granos se sequen por completo en el campo.

Si los granos tienen un contenido de humedad superior al 13%, hay que proceder al secado del producto antes de destinarlo a la conservación o al tratamiento.

Una vez seco, el sorgo se limpia y se conserva después (en sacos o a granel) en almacenes o en silos.

El sorgo seco y limpio queda listo para la venta o para transformaciones ulteriores.

Puede consumirse el sorgo, igual que el maíz, utilizando las harinas o las sémolas obtenidas por descascarado y molturación.

La industria de transformación emplea este cereal para la producción de alimentos para el ganado, cerveza, aceites, pegamentos o adhesivos, etc.

 

Las leguminosas de grano

El frijol

El frijol (llamado también fríjol, judía común, habichuela, alubia o poroto) es una leguminosa originaria de las zonas tropicales de América, muy extensamente cultivada por su elevado valor nutritivo, debido al contenido proteínico de sus granos.

Se puede recolectar el producto a mano arrancando o segando la planta que, después de un presecado, se somete a la trilla (manual o mecánica); también se puede utilizar una cosechadora.

Después de la trilla, los frijoles obtenidos contienen a menudo impurezas y su contenido de humedad es superior al 20%. Antes de proceder al almacenaje es pues necesaria una limpieza previa, y después una reducción de su tasa de humedad hasta el 14% más o menos, mediante el secado (natural o artificial).

Los métodos tradicionales de almacenamiento de las leguminosas de grano requieren el empleo de Jarras, graneros, frascos; pero los resultados más satisfactorios se obtienen conservando los granos bien secos en recipientes herméticos (bidones o toneles metálicos, sacos de materia plástica, etc.).

El almacenamiento comercial se hace en sacos.

Los frijoles así producidos quedan listos para la venta y para el consumo.

 

Las oleaginosas

El maní

El maní o cacahuete, originario de las zonas tropicales y subtropicales de América, es una leguminosa cultivada principalmente por la riqueza en aceite de sus grano.

La recolección se hace a mano o a máquina, arrancando la planta y dejando secar las vainas sobre el terreno durante dos o tres días.

A continuación, cuando la tasa de humedad es inferior al 15 %, se pueden separar las vainas de la hojarasca mediante operaciones de trilla, manuales o mecánicas.

En un sistema mecanizado, estas operaciones de desarraigo y trilla pueden realizarse directamente con plantas frescas, con ayuda de máquinas especiales como las arrancadorastrilladoras.

Después de la trilla se procede a una limpieza previa, y a continuación al secado artificial.

Cuando la tasa de humedad ha descendido al 7 o al 8%, pueden apilarse las vainas de maní a granel al aire libre (en pirámides llamadas "seccos") o en almacenes bien secos y ventilados.

Después del secado, se puede proceder directamente al descascarado y después a la limpieza del maní.

Una vez puesto en sacos, el maní descascarado se guarda al aire libre o en almacenes.

En las industrias de transformación (molinos de aceite), es cada vez más frecuente que los granos de maní descascarados se guarden en silos.

Los granos de maní secos, descascarados y limpios pueden someterse ya a los tratamientos de extracción del aceite.

En la alimentación humana se consume su aceite, pero también los propios granos en diversas formas (en vainas frescas cocidas, en vainas tostadas con o sin sal, descascarados tostados y rebozados) o en forma de manteca de cacahuete.

Los subproductos de la industria aceitera, en particular la torta de maní, constituyen una excelente materia prima para la alimentación animal.

El girasol

El girasol, originario de América del Norte, es una planta que se cultiva principalmente por la riqueza en aceite de sus granos.

La recolección de las cabezuelas (inflorescencias) se realiza, a mano o a máquina, cuando las plantas tienen las hojas superiores secas y las inflorescencias marchitas.

Si el contenido de humedad del producto recolectado es superior al 15%, las cabezuelas deben someterse a un presecado en trojes de madera (llamados "cribs" en Estados Unidos) antes de proceder al desgrane manual o mecánico.

En los cultivos mecanizados, las operaciones de recolección y desgrane se realizan simultáneamente mediante cosechadoras.

Cuando la tasa de humedad es inferior al 9%, los granos de girasol pueden ser conservados directamente o sometidos a los tratamientos de extracción de aceite. Si la tasa de humedad es superior, hay que proceder al secado artificial de los granos.

Dada la excelente calidad del aceite obtenido, los granos de girasol se utilizan casi exclusivamente en la industria aceitera.

Además de su empleo en la alimentación, el aceite de girasol sirve también como materia prima en la fabricación de colorantes para pinturas, jabones y aceite para lámparas.

Los subproductos de la industria aceitera, en particular la torta de girasol, son un excelente alimento para el ganado.

 

 


Perdidas poscosecha

 

Definición

Con la expresión "pérdidas poscosecha" se designa una reducción cuantitativa o cualitativa susceptible de medida de un producto determinado.

Estas pérdidas pueden producirse a lo largo de las diversas fases que caracterizan el sistema de operaciones después de la recolección de la cosecha.

Esta definiciónn debe tomar también en consideración los casos de deterioro de los productos. No obstante, más que de pérdidas propiamente dichas, sería más exacto hablar de limitación en la utilización del producto. En efecto, unos granos parcialmente deteriorados por insectos, por ejemplo, pueden dejar de ser aptos para el consumo humano o para la comercialización. Si se destinaban a estos fines, debemos admitir que se trata de pérdidas, aun cuando sea posible recuperar los granos utilizándolos para la alimentación de animales de corral.

Desde el punto de vista económico, la suma de las pérdidas cuantitativas y cualitativas de los productos corresponde inevitablemente a pérdidas monetarias.

A estas pérdidas económicas directas se añaden las derivadas de la mala gestión de los sistemas poscosecha. Se traducen éstas en una falta de crecimiento de la producción y, en consecuencia, de los ingresos de los productores.

 

Perdidas y sistema de operaciones poscosecha

La mala calidad de las semillas, unas prácticas de cultivo inadecuadas o los ataques de insectos en los campos pueden producir pérdidas de productos ya antes de ser recolectados. Pero nuestro objeto se limita aquí a la prevención de las pérdidas después de recogida la cosecha.

A partir pues de la recolección, los granos se someten a una serie de operaciones durante las cuales pueden producirse pérdidas cuantitativas y cualitativas.

La secuencia de estas operaciones y las condiciones en que se realizan pueden originar además fenómenos físicos y bioquímicos de los que se derive la alteración de los granos en fases ulteriores del sistema poscosecha.

Una recolección tardía, por ejemplo, puede dar lugar a pérdidas debidas a ataques por los pájaros y otros animales.

Un secado insuficiente de los granos puede ocasionar pérdidas debidas al desarrollo de moho y de insectos.

La trilla puede producir pérdidas por rotura de los granos, favoreciendo el desarrollo ulterior de insectos.

Unas malas condiciones de almacenamiento pueden acarrear pérdidas debidas a la acción combinada de moho, insectos, roedores y otros animales dañinos.

Las condiciones de transporte o un embalaje defectuoso de los granos pueden ocasionar pérdidas cuantitativas del producto.

Finalmente, además de estos factores, hay otros que pueden a menudo ser parcialmente responsables de las pérdidas poscosecha, tales como, por ejemplo, la organización de la comercialización, las políticas sectoriales y otros aspectos de índole socioeconómica.

 

NATURALEZA Y CAUSAS PRINCIPALES DE LAS PERDIDAS POSCOSECHA

NATURALEZA CAUSAS DIRECTAS CAUSAS INDIRECTAS
  Recolección prematura Por insuficiencia:
Mala maduración - capital
Mala trilla - profesionalidad
En peso Secado insuficiente - maquinaria y equipo
Limpieza insuficiente - pesticidas
Ataque de aves - embalajes
Ataque de roedores - transporte
En calidad Ataque de insectos - organización
Ataque de microorganismos Por condicionamientos:
Modificaciones bioquímicas - sociales
Fugas y despilfarro - económicos
Económicas Contenido de humedad inadecuado en la fase de almacenamiento - políticos
Técnicas de almacenamiento y de transformación inadecuadas

 

FASES PERDIDAS
Mín. Max.
Recolección 1% 3%
Manipulación 2% 7%
Trilla 2% 6%
Secado 1% 5%
Almacenamiento 2% 6%
Transformación 2% 10%
Total 10% 37%

 

Por consiguiente, si se quiere abordar de manera concreta el problema de las pérdidas poscosecha, es necesario conocer ante todo, en cada contexto, la naturaleza y el número de las manipulaciones a las que se somete el producto, así como los factores y la magnitud de las pérdidas durante cada fase del proceso.

A titulo de ejemplo, en el siguiente cuadro pueden verse, respecto a cada fase del sistema poscosecha, las estimaciones relativas a las pérdidas cuantitativas de arroz en la región de Asia sudoriental.

En numerosos paises en vías de desarrollo, unas pérdidas globales poscosecha de cereales y leguminosas de grano del orden del 10 al 15% parecen ser bastante corrientes. En algunas regiones de Africa y de América Latina se encuentran valores más elevados, que pueden llegar hasta el 50% de las cantidades cosechadas.

Hasta ahora no disponemos de datos realmente fidedignos sobre el nivel real de las pérdidas poscosecha.

Las causas de esta laguna son múltiples:

 

Las perdidas de peso

Una disminución de la sustancia física del producto se traduce en una pérdida de peso.

Conviene distinguir no obstante entre pérdida de peso y pérdida de producto. La disminución del porcentaje de humedad acarrea un descenso del peso que no es una pérdida alimentaria. Inversamente, un aumento de peso por absorción de humedad, por ejemplo a raíz de lluvias caídas sobre productos depositados al aire libre, puede causar graves daños que producirán pérdidas.

Productos depositados al aire libre

Las pérdidas de peso se deben principalmente a la acción prolongada de los animales dañinos (insectos, aves, roedores) o a la fuga de los productos (sacos agujereados, pérdidas durante la manipulación de los granos, etc.). Pueden producirse prácticamente en todas las fases del proceso de producción, pero más particularmente durante la recolección, el almacenamiento y el transporte o la manipulación de los granos.

Las pérdidas de peso provocadas por los insectos depredadores no se descubren al primer golpe de vista, y un comprador inexperimentado puede ser inducido a engaño. Para apreciarlas, conviene tomar un volumen igual de cereales limpios y sanos, moler las dos muestras y pesar la harina obtenido en cada caso. Se constatará que la muestra deteriorada produce menos harina.

Inversamente, este método puede ser útil también para evitar eventuales fraudes en el peso, pues es fácil aumentar éste humedeciendo el grano o agregando cuerpos extraños como guijarros, tierra o barreduras.

Para evitar toda confusión, conviene hablar de pérdidas de peso de materia seca.

 

Las perdidas de calidad

Los criterios de calidad son muy variados y pueden referirse al aspecto exterior, a la forma, al tamaño, al olor o al gusto. No pueden olvidarse, a este respecto, las consideraciones culturales que impregnan los regímenes los hábitos alimentarios.

La limpieza y el buen estado sanitario de un producto son cualidades primordiales en el mercado. Tomando un puñado de granos de un saco, por ejemplo, un comerciante ve de inmediato si se desprende un polvo harinoso y deduce si procede o no de una infestación por insectos. Del mismo modo, un mal olor puede hacerle sospechar que ha habido ataques de roedores, que podrán confirmarse por la presencia de excrementos y pelos de ratas o ratones.

Las pérdidas de calidad

Las pérdidas de calidad se traducen pues en una disminución del valor mercantil del producto.

Estas pérdidas sólo son cuantificables a condición de que se hayan establecido previamente criterios o normas de calidad.

Sobre la base de criterios objetivos, se puede evaluar la calidad de los productos mediante pruebas, medidas y análisis de laboratorio de cierta complejidad.

Muchos criterios adoptados se basan en la evaluación de parámetros relacionados con el estado físico las cualidades alimentarias, nutritivas y germinativas de los granos.

En diversos países, las clasificaciones cualitativas se basan en el principio general de que los granos deben ser "sanos, leales, comercializables y sin olores".

En esta definiciónn están sobreentendidos los principales criterios adoptados para apreciar la calidad de un lote determinado de granos, como son:

Generalmente, los criterios que contribuyen a definir la calidad de los productos son múltiples y tienen también en cuenta aspectos culturales vinculados a los hábitos alimentarios de las poblaciones. En el Senegal, por ejemplo, el picón o arroz quebrado es muy apreciado por los consumidores; en consecuencia, el porcentaje de granos quebrados como parámetro de la calidad del arroz tiene evidentemente menos importancia que en otros contextos.

Las pérdidas de calidad se deben principalmente a los procesos mecánicos a que se somete el producto, a la acción de animales dañinos (insectos, roedores) y de microorganismos (moho) o a las transformaciones químicas que se producen en el interior de los granos por efecto de las condiciones ambientales (temperatura, humedad, duración del almacenamiento).

Estas pérdidas pueden producirse en todas las fases del proceso de producción, y más particularmente durante el almacenamiento.

Pérdidas debidas al estado físico

Estas pérdidas dependen del estado físico de los granos en una fase determinada del sistema de operaciones poscosecha.

Las características físicas que se suelen tener en cuenta para evaluar la magnitud de estas pérdidas son las siguientes: forma y tamaño de los granos, grado de humedad, presencia de impurezas (granos extraños, germinados, quebrados, averiados o dañados, piedras, tierra, restos vegetales, fragmentos de vidrio o de metal, pelos o excrementos de animales, etc.), grado de infestación por insectos o microorganismos.

Pérdidas debidas a la alteración de las cualidades alimentarias

Estas pérdidas, importantes sobre todo cuando los granos se destinan a consumo humano, dependen de la alteración de los caracteres organolépticos (aspecto, gusto, olor), del grado de inocuidad del producto (ausencia de productos tóxicos como toxinas, restos de plaguicidas, etc.) y de la alteración del contenido en vitaminas, proteínas, lípidos, glúcidos y otros elementos nutritivos importantes.

Pérdidas debidas a la alteración de las propiedades germinativas

Si se desea disponer de semillas comercializables, los granos deben presentar propiedades germinativas inalteradas. Estas pueden definirse por la rapidez y el porcentaje de germinación, el vigor (capacidad de resistir a condiciones desfavorables), la rapidez de crecimiento de las plántalas y la ausencia de anomalías en las plantas así obtenidas.

La alteración de estas propiedades, al provocar una disminución de la aptitud de los granos para germinar, acarrea pérdidas en la producción.


Indice - Siguiente

CD3WD Project Donate